Depende del punto de vista ¿o no?
Tétrico sueño, el que tuve añoche. No solo me perturbaron mi mente las imágenes de cuerpos rotos, sino también el sabor férreo en mi boca y el dolor causado por la tensión en mis manos al despertar. La conciencia de la realidad fué un agrio alivio, debido a que lo que me trajo del sueño fué el seco sonido de la puerta metálica que rechinaba y parecía escupir chispas de herrumbre desde sus visagras. Reincorporandome sentí el pegajoso beso de mi vieja almohada de gomaespuma sin forro y el débil abrazo de las sábanas casi transparentes. No conciente del todo ví parada a la sombra del tosco placard de pino, a una mujer pálida vestida con lienzos blanco, que me miraba como atravasandome con sus afilados ojos. Enseguida me acurruqué contra la pared y me escudé con mi vieja compañera de gomaespuma y esperé lo peor, no podía pensar por lo abrupto de mi despertar, sentí pánico mezclado con incertidumbre; lo cual se manifestó en los pelos erisados en mi nuca, miles de pequeñas agujas en mi espina y frió sudor en mis manos y pies.
La delgada figura se deslizó hacia mí como un maniquí saliendo del molde y siendo trasportado por la cinta sin fin de la fábrica mas monótona, y sin titubeos extendió su huezuda mano como queriendo una tajada de mi cuerpo. El horror se apoderó de mi y como apretando un interruptor solo fuí instintos, un zarpazó fue mi primera reacción y resultó en que bruscamente la apartara de mi camino, sin pensarlo le asesté un golpe de puño detrás de la cabeza y el cuerpo cayó casi como en cámara lenta; su cabeza golpeó el borde mi cama lo cuál le provocó una severa contución seguida de una espera casi rutinaria a que reaccionara violentamente en mi contra. Pero inmóvil, tieza permaneció allí con medio torzo debajo de mi cama y la otra mitad fuera, poco a poco se fué enmarcando con su sangre, lo cuál me informó de que era real, era humana, no era ningún ánima que venía a consumirme, era mi esposa que quería desearme un feliz aniversario.
La delgada figura se deslizó hacia mí como un maniquí saliendo del molde y siendo trasportado por la cinta sin fin de la fábrica mas monótona, y sin titubeos extendió su huezuda mano como queriendo una tajada de mi cuerpo. El horror se apoderó de mi y como apretando un interruptor solo fuí instintos, un zarpazó fue mi primera reacción y resultó en que bruscamente la apartara de mi camino, sin pensarlo le asesté un golpe de puño detrás de la cabeza y el cuerpo cayó casi como en cámara lenta; su cabeza golpeó el borde mi cama lo cuál le provocó una severa contución seguida de una espera casi rutinaria a que reaccionara violentamente en mi contra. Pero inmóvil, tieza permaneció allí con medio torzo debajo de mi cama y la otra mitad fuera, poco a poco se fué enmarcando con su sangre, lo cuál me informó de que era real, era humana, no era ningún ánima que venía a consumirme, era mi esposa que quería desearme un feliz aniversario.
2 comentarios
Don quijote de la mancha -
Acordaos, no debéis sobrecargar al estómago antes de iros a torrar...
Guan Chan Quein -